lunes, 25 de agosto de 2008

ÉPICA DE ANDAR POR CASA...


Mi amiguete Felipe (Popita en J&J) ha escrito algo treméndamete emotivo, que hace honor al título de éste mi/nuestro blog.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Son autenticas máquinas diseñadas y fabricadas para correr. Las caras laxas y la mirada perdida en el suelo mientras mantienen el resto del cuerpo en tensión. El español Chema Martinez y un marroquí se están quedando ahora mismo. Eran los únicos que tenían el gesto torcido. Me he quedado solo hace un momento en el salón y he plantado en la tele la maratón. Como siempre cuando uno está solo la cabeza se posa en cualquier otro sitio. Me he marchado a mi primer maratón. cada vez que le comentaba a alguien que me había apuntado les decía, engañandome a mi mismo, que solo quería llegar a la media y me retiraba. Desde que me enteré que día era, me puse a entrenar como un loco. Llevaba dos semanas entrenando una hora por las tardes porque no tenía otra cosa que hacer. Ni siquiera tenía tele así que me perdí los juegos del 2004. Ese mes de agosto fue una desintoxicación total de todo lo que me rodeaba. Estaba yo, yo mismo y cinco horas de clase por las mañanas. Salamanca, Madrid y desde luego Ciudad Rodrigo se me habían olvidado. El día que me inscribí, a falta de tres semanas, me metí hora y media de entrenamiento. Al dia siguiente me dolian los muñones que eran mis piernas pero salí otra hora por un bosque que tenía detrás casa. Parecía de cuento, con casas de madera en los lindes y abuelos como el de Heidi paseando en taca-taca. Todo el mundo con el que te cruzaras en esa especie de mundo perdido te decia buenos dias, buenas tardes o buenas noches. Corrí en otoño sobre las hojas recien caidas, en invierno sobre la nieve recién caida, me falto correr en primavera. Vuelvo, que desvarío. Me maté a entrenar esas tres semanas pensando que no iba a terminar pero sabía que iba a dejar el último gramo de agua en intentarlo. Y vaya si lo intente. Llegue a la media maratón de paseo. Con el mismo tiempo que había hecho en la media de Madrid, la única que había corrido pero que terminé con un dolor de espalda por una contractura que casi no me dejaba ni respirar. Aquí, en mi primera maratón, iba de paseo. Cuatro quilometros despues me empezaron a doler las rodillas. En el veintocho era horrible, cada paso era un quejido, no podia pero no quería parar. Solo véia a gente que me pasaba y estaba esperando que a la vuelta de cada esquina hubiera agua o comida para pasarme veinte metros andando. Después me di cuenta de la cantidad de gente y la fiesta que había alrrededor de la carrera. Todas las familias en el jardin de su casita con una maguera para mojarnos, con los niños repartiendo agua o tomando el almuerzo mirando como sufriamos. Por hacer el tonto me pegó un tiron en el gemelo. Una de esas dulces familias de marido gordo y bigotudo con niños orondos y rubiacos tenían al final de su goma una alcachofa tentadora. Al pasar justo debajo por hacer la gracieta pegue un saltito. Ahí solo fue un pinchazo pero poco a poco se hizo más fuerte. Por suerte solo fueron cinco quilometros más de dudas, desear dejarlo, de mirar para delante y ver las cabezas de los que te iban pasando, de cabeza baja, hombros caidos, SED con mayusculas de la humedad y el calor que hacían, de mirarme las rodillas hinchadas. Cuando ví en cartel del treintacinco se me pusieron anudados de corbata. Ahí me creí que podía. Tenía pocas fuerzas pero notaba que iba a llegar con ellas. Todo dolía pero menos. Además los dos quilometros siguientes por fin los hice en grupo: diez tios de una empresa vestidos de Hawaianos. Se quedaron para esperar a alguien, ese fue mi momento. Sólo una persona me animó en todo el camino. Escuché mi nombre y miré a mi derecha. Saqué los dientes y tire para delante los dos últimos kilometros como si acabara de salir de casa. Cada zancada era mas larga y la sonrisa cada vez más grande. Y ahí tuve un momento de esos que no se me van a olvidar nunca. Tan alta como yo, vestida de negro y llorando a lagrima viva porque se daba cuenta que lo había conseguido. La adelante justo cuando, los que yo creo que eran su familia, la animaban a falta de algo más de un kilometro y la miré a la cara y según me escapaba la escuché llorar, uufffff. Un par de curvas y cuesta arríba y sonriendo y gozando y emocionado y no estaba cansado. Ni siquiera el adoquín en el que había entrado, y que tube que aguantar al principio de la carrera, me detenía. Giro final a la derecha doscientos metros, llenos de gente, que pasé gritando y levantando los brazos. Tengo el video de la llegada que baje de internét. Me veo ridiculo y demacrado con esas mallitas grises en mis piernas feacas. 3horas 59minutos 54segundos. Cada vez que lo recuerdo se me pone la misma sonrisa de felicidad. Llevo con esa sonrisa todo el rato mientras escribo. Están apuntito de llegar esas bestias, van por el cuarenta. Empece con este tostón pensando si ellos recordarán igual el primero que terminaron. Y preguntandome si podré volver a terminar otro.

Puuufff que tostón....
Alé, a dormir...

6 comentarios:

Dani dijo...

Muy buena si señor. Pero q cab..n, no le salió tan mal tiempo. Sole le gano por 10 segundos, y eso en mi mejor tiempo jeje.

Iker Martín Urbieta dijo...

Ostras que bonito relato. Estos es la mítica del maratón.

El año que viene haré una!!!

Un saludo.

PD: Manu al final dlo de otro IM antes de 2009, los descartasteis?

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Gracias. Por eso os lo he puesto, porque hacia justicia al nombre del foro y a lo que nos mueve a esta secta de tarados de la que formamos parte.
Íker, al final Atalanta no se aguanta y vamos (bueno "va" que de momento vamos a intentar acompañarle) a hacer un Ironman en Ciudad Rodrigo en plan colegas. Y el que termine paga la cena y las múltiples cervezas que caerán (por aquello de que con la deshidratación la cerveza sabe mucho mejor). Estáis invitados!!!!

Atalanta dijo...

Como dice Ironmanu, si algún tarado se anima al reto, en Ciudad Rodrigo tiene alojamiento gratuito además de avituallamiento durante el maratón.
La cosa aún no está muy clara pero vamos encaminados. A ver que tal pinta el tiempo.
Sábado, día 13 a las 7 de la mañana, noche cerrada en el Río Águeda. Dos vueltas. Amanecería durante la natación. El recorrido ciclista básicamente sería ida y vuelta a Salamanca por la antigua nacional. Amplia, sin apenas tráfico y sin dificultades orográficas relevantes. El del maratón lo estamos discutiendo pero será llano.
Ya veremos si el tema fructifica. Habría que estar completamente convencido.

Iker Martín Urbieta dijo...

Pufff estais locos...

Bueno no se si picar, en lo que me queda de temporada tengo un sprint el día 7, una travesía el 13 y una media de montaña el 21.
Lo que me da miedo es la bici ya que nunca he hecho 180km, y desde el D.O de Vitoria no je cojido la bici, hoy tengo intención de salir.

Para otra vez, lo que pasa que nadar en un rio no vale, jajaja, subiros a nadar al cantabrico jajaja.

Un saludo

Jonathan Martin dijo...

Impresionante, creo que todos hemos sentido algo parecido en algun momento, yo de la maratón y van 5 tengo las mismas sensaciones, en Roma lloré el último kilómetro, pero una vez que paré en meta, no tenia fuerzas para expresar nada, y eso que consegui mi objetivo sub3. Ahora solo tengo falta de una experiencia, que aunque te la cuenten, vivirla no tiene precio "espero ser Finisher de un IM".