LISBOA

Estoy leyendo un libro al que le tenía muchas ganas: "La Europa escondida" de Francisco López Seivane. Me lo regalaron unas amigas (Marisol y Patri) por mi cumple hace unos meses; por cierto muchas gracias a las dos desde aquí, ya que me han dicho que me leéis de vez en cuando.

Soy un gran aficionado a la lectura, y dos de los géneros que más me gustan son los relativos a la historia y los viajes. Éste en concreto, es un compendio de los dos y por eso me gusta tanto. Digamos que es una "miniguía histórica de viajes". Me explico: Hace un recorrido por la mayoría de las capitales europeas, así como otras ciudades importantes, y añadida a la descripción de las maravillas que éstas nos pueden ofrecer, siempre se fija el autor en alguna anécdota histórica. Puede parecer algo banal, pero a mí esas pequeñas curiosidades siempre me han parecido muy interesantes.

Bueno, a lo que íba, aprovechando que se acerca el 1/2 Ironman de Lisboa, y que una pequeña representación de miembros de J&J van para allá, quería obsequiarles con lo que Seivane nos cuenta.

Dice el autor, que en la Plaza del Rossío, una de las más emblemáticas de la ciudad, se encuentra la estatua del rey Pedro IV. Hasta aquí todo suena más o menos normal... La anécdota surge al conocer, que en realidad la estatua no representa al citado personaje, sino al emperador Maximiliano. Al parecer ámbas fueron encargadas al mismo autor, de nacionalidad francesa; la del emperador para ser erigida en la capital de Méjico, y la del rey para Lisboa; con las prisas parece que se intercambiaron los "paquetes", y cuando se dieron cuenta, las partes interesadas decidieron que era mejor no sacar el asunto a la luz.

Por tanto, amigos míos, no os dejéis deslumbrar por las atractivas triatletas, ni por las lujuriosas bicicletas que veréis, y mantened la concentración hasta cruzar la línea de meta. Lisboa es una ciudad de espejismos.

Mucha suerte para todos y a disfrutar de un atractivo tri, en un marco incomparable.