jueves, 3 de abril de 2008

¡VIVA LA BICI!

Ayer, después de unas semanas de obligado reposo por el problema de los gemelos (¡otra vez!), salí a montar en bici. Fueron pocos kilómetros (40), y como probaba el asiendo "Duopower" tan recomendado por mi pandilla, me pasé gran parte del tiempo subiendo y bajandome de ella para intentar regularlo adecuadamente.

Tenía mono , lo reconozco; pero qué agradable es montar en bici, y más ahora que con la llegada de la primavera y el cambio de horario, ya puedo salir por la tarde después del curro durante un par de horitas. La sensación de deslizamiento, de velocidad, los olores, el viento en la cara, esprintar con tu sombra...

Soy un apasionado de este genial invento, dicen que de Leonardo da Vinci, aunque en realidad existe una gran controversia al respecto de que la cadena de transmisión de madera que se le atribuye, sea verdadera o un montaje posterior.


Decía, que soy un apasionado de la bici, de cualquier bici... Tengo varias, claro, y disfruto tanto de mi alucinante Giant de carbono por su agilidad, ligereza y rigidez; como de mi ya clásica Trek Y33 de montaña cuando me lo paso como un crío saltando pequeños obstáculos o enfrentándome a la subida de escalones a priori imposibles; o símplemente cuando salgo a pasear, hacer la compra, o voy a trabajar con mi singlespeed reciclada.
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De hecho hace unos días, el martes para ser más concretos, me fuí con la single por el carril bici hacia un centro comercial situado a unos kilómetros de mi casa, y en cierto momento me dí cuenta por las miradas de unas abuelas que me miraban sonriendo, que íba silbando en plan "Verano Azul" y sonriendo como un chaval disfrutando de su bici una tarde cualquiera de primavera.

Como decía Juanma Montero en aquel vídeo de "Al Filo de lo imposible"... "Ella sí que me entiende...".

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