Tras una parada para reponer energías en un garito de la calle principal donde cada uno se sirve la comida preparada que desee y luego la paga al peso, continuámos recorriendo el centro monumental de la ciudad. De entre las plazas, palacios e iglesias, fuentes y demás monumentos que vimos, aún hoy permanecen en nuestra retina dos "pequeñas" maravillas.La primera de ellas es el "Cuvilliés-Theater" que se encuentra en la zona de la "Residenz". Una pequeña maravilla dorada, a la que las fotografías no hacen justicia.
En segundo lugar destacar la "Asamkirche" (Iglesia de San Juan Nepomuceno), o como conseguir deslumbrar a base de "barroco" para que el espectador no sepa dónde mirar, y dejar de lado así, que el templo sólo mide 28 m de largo y 8 de ancho. Además tuvimos aquí la suerte de coincidir con el organista en sus ensayos.
Por la tarde, y después de pasear por el "Englische Garten" (Jardín inglés), uno de los parques urbanos más grandes de Europa junto al río Isar, hubimos de decidir, casi échándolo a suertes, qué museo visitar de los varios y muy afamados que Munich ponía a nuestra disposición. Optamos por la pintura, y dentro de ésta prescindimos de los modernistas para admirar a los clásicos en el "Alte Pinakothek". En su interior trabajos de Tiziano, Brueghel, Rembrandt, Velazquez y el Greco entre otros muchos. Me gustaron especialmente el famoso "Expolio" de El Greco, Zurbarán, Murillo... En fín; un lugar para pasearse todo un día entre sus salas.
Ya anocheciendo, volvimos rumbo a nuestro alojamiento dispuestos a zamparnos una buena cena, y sobre todo, (por fín Atalanta empezaba a mostrar síntomas de superar sus males), a hacer honor a la ciudad en la que nos encontrábamos y bebernos unas jarras de cerveza.
Al final sólo pudimos con una; eso sí, antes ya nos habíamos bebido alguna "pequeña" (1/2 litro) y después seguimos con ese tamaño más manejable. Visitamos un par de garitos cercanos, y la penúltima la tomamos en el bar de nuestro albergue rodeados de jovenzuelos. Y así con el estómago lleno, y la cabeza algo caliente nos fuímos a la cama.
Oligado es puntualizar que lo aquí expuesto, es sólo una pequeña parte de lo que ofrece esta monumental ciudad. Es la tercera en tamaño de Alemania, y el número de museos, iglesias, plazas, monumentos y edificios más o menos significativos, necesitan de unos días al menos para llevarse una idea general de la ciudad.
2 comentarios:
Joerrr...insisto, qué buenos recuerdos. Dan fuerza para enfrentarse al día a día.
Hoy quiero empezar a volver a entrenar ya de verdad después del fiasco de Roth y tras la paliza puntual de las subidas a la Peña del sábado aunque tengo una planta medio jodía de la bajada por el camino.
Esta noche, entre cervezas en la pesquera te explico mi plan demencial..jua, jua
ya nos contarás...
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