martes, 25 de mayo de 2010

Strange Fruit

VOZ NEGRA
La empresa Columbia se negó a grabar esa canción, y el autor tuvo que
firmar con otro nombre.
Pero cuando Billie Holiday cantó Strange fruit, cayeron las barreras de la
censura y el miedo. Ella cantó con los ojos cerrados y la canción fue un himno
religioso por obra y gracia de esa voz nacida para cantarlo, y desde entonces
cada negro linchado pasó a ser mucho más que un extraño fruto colgado de un
árbol, pudriéndose al sol.
Billie,
la que a los catorce años lograba el milagro del silencio en los ruidosos
puteros de Harlem donde cambiaba música por comida,
la que bajo la falda escondía una navaja,
la que no supo defenderse de las palizas de sus amantes y sus maridos,
la que vivió presa de las drogas y de la cárcel,
la que tenía el cuerpo hecho un mapa de pinchazos y cicatrices,
la que siempre cantaba como nunca.

EDUARDO GALEANO
Espejos: Una historia casi universal




Southern trees bear strange fruit,
blood on the leaves and blood at the root,
black bodies swinging in the southern breeze,
strange fruit hanging from the poplar trees.
Pastoral scene of the gallant south,
the bulging eyes and the twisted mouth,
scent of magnolias, sweet and fresh,
then the sudden smell of burning flesh.
Here is fruit for the crows to pluck,
for the rain to gather, for the wind to suck,
for the sun to rot, for the trees to drop,
here is a strange and bitter crop.

2 comentarios:

Atalanta dijo...

Buena eleccción, quizá su canción más emblemática, quizá una de las primeras canciones protesta de la historia.Lo curioso es que la cantaba en un club de gente blanca culta. A ella le gustaba contar que esa canción le servía para distinguir a los cretinos de las personas íntegras.
Ese maullido, esa voz encarna a la perfección todo la tristeza que tuvo que soportar un personaje tan desgraciado como Billie además de todo el dolor de una raza en una etapa de la historia de Estados Unidos realmente deplorable en muchos aspectos.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Fué cosa de Carlos Galilea, el de los Elefantes... Lo venía oyendo en el coche de camino al curro, y me apeteció compartirlo con vosotros. Una gran canción, un gran texto, y sobre todo una voz que se sale del reproductor.