Ayer al final no pude salir a montar en bici como había planeado. La tarde se fué cerrando y a las 6 comenzó a llover, en plan racheado, pero sin parar ya hasta bien entrada la madrugada.
En sustitución del entrenamiento ciclista, decidí cumplir con el deber (autoimpuesto) de pasar una tarde-noche con mis padres una vez a la semana. Viven a 1 hora aproximádamente de coche, y mientras me dirigía hacia allí saqué las dos fotos que ilustran el capítulo de hoy.
Además, tenía otro motivo para ir. El otro día, mientras ordenaba unos discos, me topé con una retransmisión de Roth 97 grabada en vídeo de Eurosport, y que hace un tiempo pasé a formato digital (todo en plan muy casero y con la consiguiente penalización de calidad, claro), con lo que se me ocurrió que podría aprovechar para ilustrar a mis padres sobre lo que nos proponemos hacer dentro de dos meses.
Fué esta edición, la del 97, especialmente emocionante con la victoria de Van Lierde por delante de Zack, un año después de vencer sorprendentemente en Hawaii al primer intento, y porque además aquí fulminó la marca del ganador del año anterior, Lothar Leder, que había sido el primero el romper la barrera de las 8 horas en la prueba alemana.
Antonio Alix, narra emocionado el transcurso de la misma, y me sirvió para que la familia (puesto que Pirata tampoco se separó de nosotros) se hiciese una idea del paisaje y del paisanaje que se dedica a estas locuras.
Curiosos los comentarios de ámbos: Mi padre flipaba con las mujeres, y el desarrollo ciclista de la prueba; mientras que mi madre me preguntaba si iba a llevar la bici "buena", no fuese que me la robasen al dejarla allí entre tanto mogollón, o que si estaba loco, puesto que sólo el parcial ciclista era tanto como ir y volver a Salamanca....
Y es que no sé si os pasará a los demas; supongo que sí. Siempre hay alguien que te pregunta cuántos kilómetros se corren en la maratón del domingo; que si no llevas el sillín de la bici muy alto, porque no llegas al suelo con los piés cuando estás sentado; que por qué no utilizas el neopreno de windsurf en lugar de comprarte otro; que si la bici que llevamos nos ha costado por lo menos 600 euros...
Mis padres son gente sencilla y humilde. Nunca han montado en avión, por poner un ejemplo; ni han viajado al extranjero más allá de Portugal. Aún así, les estoy treméndamente agradecido porque han tenido la lucidez de darnos a mi hermano y a mí, una educación muy liberal, sin imposiciones religiosas o ideológicas; inculcándonos valores fundamentales como el respeto a los demás, o el de valorar las cosas por el esfuerzo que se requiere para conseguirlas.
Me llena de ilusión por ejemplo verles convertidos en fanáticos lectores, ahora que se han jubilado. Y si me pudiese permitir el llevarlos, estoy seguro de que serían mis mayores fans en Roth.
Anoche se me hinchó el pecho, primero al verles con cara de preocupación por lanzarme a ésta loca aventura, y luego por la mueca de orgullo por atreverme con que me despidieron.