miércoles, 23 de julio de 2008

ROTH 13/07/08

Voy a dejar a un lado el relato del viaje anterior y posterior al día D para centrarme en la crónica de lo que fué mi soñado bautizo en la distancia Ironman.

Todo el día anterior lloviendo, noche en duermevela por los nervios y por los paseos de Atalanta77 al baño. Llega la hora de levantarse, desayuno rápido que nos había preparado amáblemente nuestra casera Inge, nos encontramos en la puerta con Antonio, alojado en el mismo hotel y forero habitual de "El atleta". Todavía de noche y bajo la lluvia salimos camino de la T1. El ánimo anda bajo; Atalanta tiene mala cara, casi tan mala como la que nos ofrece la T1 al llegar cuando empezaba a amanecer: Todo está encharcado. Dejamos el coche en un parking habilitado en un prado a un par de kilómetros, y en 10 minutos andando nos plantamos en el Canal. A pesar de que faltan dos horas para la salida, aquello es un hervidero de participantes y acompañantes. Destapamos un poco las bicis, damos aire a las ruedas, colocamos los bidones, nos dejamos pintar el número en brazo y pierna, y nos animamos mútuamente para desvertirnos y embutirnos el neopreno. El tiempo pasa deprisa, y casi sin darnos cuenta estamos a punto de comenzar lo que será un día muy, muy largo. Poco antes de nuestro turno, vemos salir del agua e iniciar la bici a los profesionales que han salido bastante antes que nosotros. Van embalados y tardan un suspiro en salir de la T1.
Al final saldremos en distintas mangas: Atalanta a las 7:25 y yo a las 7:30. Nos damos un abrazo de ánimo y lo despido con tristeza, porque sale ya vencido; la enfermedad ha podido con él, y hará un tremendo esfuerzo para superar la natación y disfrutar al menos de la subida al Solarberg.
Poco después me meto en el agua, a la espera de la señal de salida de mi grupo (gorro verde).

NATACIÓN:1:19:24
Casi se está mejor que fuera. He vuelto a dejar entrar algo de agua en el traje por la zona del cuello como recomiendan por los foros, y la sensación de opresión en el pecho de Buelna no aparece. Dentro de un grupo numeroso (más bién a la cola), empiezo al tran-tran, hacia el primer puente; se hace largo, y cuando giramos, decido apretar un poco porque tengo buenas sensaciones, aunque voy rodeado y de vez en cuando recibo y doy algún golpe. En el último tercio me parece ver a Atalanta, aunque con el maremágnun de gente no estoy seguro (luego él me confirmó que sí que nos vimos). Tiro para delante pensando (nos habían dicho el día anterior que sólo se cruzaba un puente) que la salida del agua está cerca, pero pronto veo que el "bancal" de neoprenos se extiende hasta más allá del otro puente, así que aprieto los dientes y sigo "dale que te pego" por la orilla externa del canal hasta el pasillo de salida. Primera prueba superada: He nadado 3,8 km (nunca lo había hecho antes). Salgo algo mareado como siempre, camino-troto, pillo mi bolsa y a la carpa a cambiarme. Sigue lloviendo...
BICI: 6:28:22
Menos mal que habíamos llevado ropa de ciclista (aunque de verano) porque teníamos previsto hacer alguna subida en los Alpes, porque al menos así podríamos salir secos de cada transición. También a última hora, decidí meter las zapas de bici en la bolsa, y salir caminando con ellas puestas para no mancharme de barro los piés. Transición lenta: Hay que quitarse el neopreno y cambiarse por completo; maillot, culotte, barritas, dorsal... Y además echarle ganas para salir a la lluvia. No sé qué hacer, si esperar a Atalanta y animarle, o tirar para adelante, y no obligarle a esforzarse más todavía. Dudo unos minutos, y finalmente salgo a por la bici. Le quito el plástico amarillo y empiezo a pedalear. A los pocos metros me paro y ajusto el sensor del cuentakilómetros que no está bien. Vuelvo a montar, y trato de animarme pensando que estoy en el escenario tantas veces soñado. No deja de llover, y hay bastante agua en algunas zonas. Voy con bastante gente alrededor, pero poco a poco iría encontrando mi posición, pasando a unos y siendo rebasado por otros (los primeros que me doblaron y los de relevos). Nos vamos animando unos a otros, sobre todo cuando te encuentras a algún español. Sorprende que pese a la temprana hora, y a la que está cayendo, se ve ya bastante público. Voy muy reservón. Intento mantener cadencia alta, y en las bajadas no dejo de pedalear para mantenerme caliente, porque ya estoy empapado y empiezo a tener frío. La experiencia es cualquier cosa menos agradable, y sólo el ánimo de la gente te hace sonreir de vez en cuando. La última hora y media aparecen dolores en el gemelo de la pierna derecha, y en la articulación de la rodilla que no me dejan apretar sentado, así que las subidas las hago de pié pasando a bastante gente. Las manos parecen pasas (Talín dixit) y los piés hacen "chof-chof" cuando los mueves en las zapas. Afortunádamente al final la lluvia nos da un respiro, y la última hora el sol va apareciendo en el cielo tímidamente. Casi sin darme cuenta estoy en la T2, y como me dice un español (Dani http://www.ironmentxi.blogspot.com/) con el que cruzo unas palabras, "sólo nos queda una maratón". Al final de una recta en bajada, gran concentración de público, giro a la derecha, y unos voluntarios me sujetan la bici y me indican que vaya hacia la tienda de la T2.

CARRERA:5:45 aprox
Otra vez a cambiarse por completo. Unas voluntarias me dan mi bolsa. Me desvisto e intento secarme algo. Me doy vaselina en los piés, me pongo las medilast, el disfraz de triatleta para correr, pillo un par de barritas y recojo todo para meterlo en la bolsa. Fué aquí dónde un poco cansado ya, olvido el chip en el banco donde me cambié. Salgo a correr bajo el sol, lo que me anima bastante. Al salir, enseguida me saluda la mujer de Antonio que me dice que anda por el kilómetro 120 de la bici, y 100 metros más tarde veo a Atalanta, que me dice que me ve muy bién y que ya lo tengo conseguido. Mucha gente animando. Empiezo a trotar y tengo buenas sensaciones. En el bosquecillo que nos aleja del pueblo, me cruzo con Utte Mückel, una veterana que va por el km 37. Al poco empiezan las ganas de vomitar, pero las ignoro y disfruto del espectáculo de correr por el canal rodeado de público y otros participantes. Un par de náuseas más y me tengo que apartar apresurádamente del encharcado camino para vomitarlo todo con gran violencia. Contínuas arcadas me dejan vacío, pero cuando termino, sorprendéntemente no tengo molestias estomacales. Empiezo de nuevo a correr y poco a poco voy alcanzando mi velocidad de crucero prevista en torno a 5 min/km. Los dolores de la rodilla derecha han vuelto a aparecer, pero aprieto los dientes y no les hago caso. Sigo adelantando gente y llego al primer punto de retorno del circuíto del canal muy entero. Pienso que tengo que intentar comer y beber algo, así que doy sorbitos de agua y como algún trozo de barrita con mucha precaución. Pronto empiezan los retortijones; el estómago me pega unos pinchazos dolorosos que de vez en cuando me obligan a pararme y doblarme por la mitad. Los que me adelantan me animan y me dicen que continúe. Al pasar por un puesto de esponjas, decido pasar por el bosque y aportar algo de abono (ya sabéis para qué quería las esponjas). Como al vomitar, ha sido una decisión acertada porque se me quitan las molestias. Vuelvo a correr, y me recibe la lluvia de nuevo. Así continúo pasando kilómetros, y aunque en las pequeñas subidas procuro no forzar nada de nada,los tiempos de paso van aumentando poco a poco. El dolor de rodilla comienza a hacerse insoportable y decido andar un poco, pero llueve con fuerza y me quedo helado. Intento volver a correr, pero entre el dolor de la rodilla, y la pesadez de las piernas frías, no aguando más que hasta el 26 apróximádamente, donde definitívamente se acaba mi galopada y comienza la agonía de llegar sea como sea a meta. Entre medias se han quedado las ilusiones de hacer en torno a 12 horas, y el susto al llamarme la atención por que mi chip no pitaba en los puntos de control. Como un fogonazo me viene a la mente la imagen del chip que se ha quedado en el banco de la T2. Casi me pongo a llorar pensando que después de tanto esfuerzo, sacrificio y sufrimiento, probablemente no me dejen entrar al estadio. Casi estoy a punto de abandonar, pero pensando en Atalanta y en los años que llevo soñando con ser Finisher en un Ironman, decido continuar pase lo que pase. Voy andando y tiritando de frío. Me empieza a molestar también la cadera derecha, y mi caminar se ralentiza aún más. Una niña está ofreciendo bolsas de basura a las que la familia recorta eprturas para la cabeza y los brazos. Me la pongo y disfrazado de pitufo azul continúo concentrándome únicamente en la imagen de mi entrada en meta. La gente te anima por tu nombre para que vuelvas a correr, te da palmadas, te apláude, te emociona... Pero para mí el mundo que me rodea se difumina, y voy mirando al frente, cabizbajo, como en un túnel. Cuando supero el km. 40 el día se ha templado algo; ha dejado de llover hace rato, como algunas galletitas saladas que me sientan bién, me despojo de la bolsa, y me azuzo a mí mismo al oir la megafonía de meta. A falta de menos de 900 metros un grupo de españoles de Arroyomolinos a los que saludamos el viernes al recoger los dorsales, saltan la valla y uno de ellos me abraza y me obliga a correr hasta meta. Entro en el estadio como en trance. No me lo acabo de creer. La gente te ofrece la mano para que se la choques, corea tu nombre, te apláude. Cruzo el arco de meta, me colocan la medalla al cuello y por un instante soy consciente de que lo he conseguido, aunque aún estoy un poco aturdido.

FINISHER: 13:46 aprox.
Me saluda Jordi, organizador del Challenge de Barcelona que nos había dado el briefing en español el sábado. Le cuento lo del chip, y se ofrece a intentar solucionarlo. Hace varias llamadas, pero aquello es un alboroto de música, luz y gente. Continúa entrando gente, y quedamos en vernos luego en la carpa. A los pocos metros veo a Atalanta, que me hace la foto, y con el que me fundo en un abrazo. Lo has conseguido tío, me dice. Vamos juntos hacia la carpa. Recojo mis cosas y me cambio. Tengo hambre y me como un bocadillo y un par de pasteles. Me siento y voy corriendo a por la camiseta de finisher que había olvidado pillar. No estoy tan cansado como esperaba. Sólo me molesta la rodilla derecha, pero ha habido pruebas en las que he acabado muchísimo peor. Ha sido un día muy largo, y lo que más me apetece del mundo es una ducha caliente y meterme en la cama, aunque todavía nos queda ir a buscar las bicis, y pillar el bus que nos lleve al aparcamiento del coche. Me clavan 50 euros por perder el chip, y cuando les pregunto que si lo han encontrado, me dicen que no, pero la impresión es que si lo han hecho, no se han molestado en comprobarlo. Tienen un cubo lleno de ellos de la gente que los va entregando al recoger la bici. Hacemos cola para el bus, y nos echamos unas risas con el conductor, que resulta ser andaluz, y que gracias a su amabilidad nos salva de un apuro, porque no reconocemos nuestro parking (había varios) y cuando nos quedamos sólos nos acercó de nuevo al coche. Cargamos las bicis y tras media hora más o menos, por fín llegamos a casa. Ducha y a la cama.

Ha sido un día muy duro. Pero sin duda alguna, ha sido uno de los días que con más intensidad he disfrutado en mi vida.

Gracias a todos por vuestros ánimos y felicitaciones.

I'M AN IRONMAN!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya, ya , mucha bici y mucha maratón y mucha historia, pero ¿y lo de la cerveza?, jajaja

IRON MANU.

davidiego dijo...

CAMPEÓN

Talin dijo...

... y los muchos más que te quedan por disfrutar. ENHORABUENA de nuevo fiera.

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu ironman; lo suyo hubiera sido tirar de epica y darse la vuelta en el km 20 a por el chip jajajajaj, por lo que veo vas al Titán, espero que nos veamos allí, habrá que mirar ya la inscripción porque me han comentado esta semana que la cosa va para arriba.
Estoy buscandome las dos peliculas que recomendabas abajo, a ver si me las pillo y las veo, por cierto , el libro de Alpe d ´huez ya lo habia leido hace tiempo y es una pasada, parece que estas corriendo tu mientras lo les, muy bueno.
Nos vemos en el Titán, un saludo.

cristobal11dn.blogspot.com

Dani dijo...

Aupa Manu
Ahora me explico pq no te encontraba en la clasificación. Con lo duro q es psicológicamente esta prueba, lo tuvistes q pasar fatal pensando q no te iban a dejar entar en meta.
¡ENHORABUENA!, q ya somos de hierro.
Pd.- Mañana pondré un enlace en mi blog a tu crónica para q la gente lea distintas versiones de la misma prueba. Si no te importa claro.

Furacán dijo...

Enhorabuena! Muy emocionante tu crónica. Vaya palo lo del chip, casi es mejor que no te hubieras acordado que recordarlo a mitad de la maratón pero bueno al final Finisher que es lo que cuenta.

Saludos!