domingo, 6 de mayo de 2012

"La sangre de los ángeles" - Eugenio Fuentes



-Supongo que no es fácil. Que habrá momentos duros.
-¿Duro? Siempre es duro - respondió - pero puede soportarse. Uno se siente como un trozo de madera cuya mitad está hundida en el agua. Se mira desde arriba y parece que está partido por el medio. Sin embargo, aún está entero. Te miras al principio y ves que estás roto, o torcido. Entonces te llevas la mano al lugar aparente de la herida y compruebas con un poco de incredulidad que, a pesar de todo, aún sigues entero, que todo está dentro, las vísceras y las glándulas, el corazón y los huesos.


¿Tú sabes cuál es el animal que tiene más dientes? 
-Le preguntó muy serio.
-El león.
-No.
-El cocodrilo.
-No.
-El tiburón.
-No.
-El lobo.
-No.
-¡Los perros! -  exclamó, comenzando a impacientarse.
-No.
-¡Venga, dímelo!
-¡El ratoncito Pérez!
Alba frunció las cejas unos instantes, desconcertada, y luego, de pronto, soltó una risa ancha y feliz... 

Eugenio Fuentes - "La sangre de los ángeles"

4 comentarios:

Xocas dijo...

A mi hija mayor le ha hecho mucha gracia el diálogo. Mañana seguro que se lo cuenta a toda la clase.

davidiego dijo...

;)

Si te lo tengo que explicar... dijo...

-Tu hija y yo somos parecidos, porque ya ves que yo apenas he tardado en compartirlo con mis amiguitos. Jejejej

-David: o_o

Anónimo dijo...

Qué bonito es ese diálogo, como casi todo lo que viene de Eugenio Fuentes. Aunque esa novela yo la desconozco.
Rosa.