"Fuente resplandeciente de la luz, del calor, del movimiento, de la vida y de la belleza, el divino sol ha recibido, a lo largo de los siglos, los homenajes atentos y agradecidos de los mortales. El profano lo admira porque siente los efectos de su poder y de su calor; el sabio lo aprecia porque ha aprendido a reconocer su importancia única en el sistema del mundo; el artista lo saluda porque ve en su esplendor la causa virtual de todas las armonías"
Más allá de lo que dice el astrónomo Nicolás Camille Flammarion arriba, y de las posibles chanzas sobre mi condición de vegetariano y la fotosíntexis en los seres humanos, lo cierto es que necesito la presencia del sol en el cielo.
Llevo un tiempo en que veo transcurrir mi vida como esas pelis de cine mudo algo aceleradas. Supongo que el tener un trabajo a jornada partida, una pareja que vive a casi 300 km, la familia y amigos a 100 km, y tener que entrenar para un Ironman lo hacen inevitable. Mi jornada suele comenzar a las 6:30 en que me levanto y tras desayunar, acudo a la piscina. Luego al curre, y cuando llega la pausa del mediodía (2 horas), 15 minutos a casa de ída, hacer la comida, dejarlo todo un poco ordenado, y otros 15 minutos de vuelta; por la tarde salir a montar con la bici hasta que se hace de noche y luego intentar correr un ratito. Total. que cuando llego a casa son las 22:30 o más tarde. Hay que añadir labores domésticas, algo de lectura, ver alguna peli en 4 o 5 partes... Un día al menos entre semana me voy a pasar la tarde/noche con mis padres, y casi todos lós fíndes toca viajar para estar con Di.
Todo lo anterior no es otro "trilloriqueo" más. Pero si se le suma esta luz grisácea que tenemos últimamente (los días que no llueve) forma un panorama que en nada ayuda a encarar los días con más ilusión que la de cumplir un trámite.
En fín, que a ver si Lorenzo, el Astro Rey, o como queráis llamarlo, hace acto de presencia y me da energías para que el entreno no se convierta en rutina, y para que la ilusión de cada día tenga forma de anuncio de crema bronceadora.
Taluego!
1 comentario:
Un Hombre de Hierro es algo más que aquel que un día de luna llena se levanta a ver amanecer, se lanza al mar y se hace unos largos, monta un par de horas en bicicleta para secarse y corre otro poco para completar. Para que llegue ese momento hay mucho trabajo detrás, no sólo entrenar y cuidar el material, sino también de nosotros mismos y nuestras circunstancias.
Sal a entrenar sin mirar al cielo, que se nos echa el tiempo encima!
Recuerda lo que te dijo el amigo Alix sobre los entrenamientos que valen doble y lo que recuerda Talín, que muchos pocos hacen mucho.
Dale duro!!!
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