Como anuncié el otro día, he pasado el fínde en tierras asturianas. Tras hacer una escala el viernes noche en León y recoger a Di, el sábado salimos hacia Avilés con sol y buen tiempo. De la mano de Paco "Watling" como cicerone, he descubierto una ciudad encantadora, con unas callejuelas y plazas preciosas y con un ambiente muy agradable. Íba pensando en una ciudad industrial, oscura y sucia; y me he encontrado con un paisaje urbano colorido y luminoso, y ese carácter en sus habitantes tan agradable. A destacar el parque de la "Ferrería" (creo que se llamaba así), la Plaza del Mercado, la Calleja de los Cuernos...
El sábado asistimos a la Feria del Queso y el vino, donde degustamos unos cuántos buenos ejemplos de ámbos. Tuve el placer de charlar con Jose, un amigo de Paco, ciclista apasionado y regente de una tienda online de productos ecológicos (http://www.ecoastur.es/). EL domingo amaneció lluvioso y tocó hacer el viaje de vuelta, pero eso sí, con una sonrisa de satisfacción.
De lado deportivo poco que contar. Me llevé las zapas con la intención de salir a correr algún día, pero entre que el viernes estuve todo el día con náuseas y sensación de mareo (¿me habrá pegado Tridavid algún virus triatlético?), el cansancio del viaje y el mal tiempo del domingo, no hay nada que anotar en la hoja de entrenos.
Taluego!
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