lunes, 14 de abril de 2008

CROQUETAS...




Buenos días de lunes...


¡Qué rápido pasa el tiempo los "fíndes"!

Han sido unos días pasados por agua, con noticias de nieve en varios lugares de la provincia, y una oscuridad más propia del otoño.

Semana parca en entrenos, pero es que los dioses no han querido ayudar: Lluvia y problemas informáticos con el rodillo. Al menos he salido a correr sábado y domingo para probar las medias "medilast", aunque eso sí, despacito, muy despacito... Y con los dedos cruzados. Los dos días el mismo recorrido, de aproximádamente unos 6 kilómetros, en 33 y 31 minutos respectívamente.


El sábado por la noche, mientras tomábamos unos vinos por Ponferrada, nos ocurrió algo muy curioso. El actor Federico Luppi representaba la obra "El guía del Hermitage" en el teatro de la ciudad; coincidió que estábamos disfrutando de un "Cepas Viejas" en un bar de la Plaza de la Encina, que además es hotel, cuando vimos entrar al actor con otra compañera de reparto. Me impactó lo mayor que se le veía (luego confirmamos que ya tiene 73 años); andaba algo encorvado y con síntomas de fatiga en el rostro.


Reseñable fué la situación que se produjo. Entró por una puerta anexa a la estancia que hace las veces de recepción del hotel, visible desde la barra del restaurante/bar en que nos encontrábamos, pero cómo no había nadie, se acercó a la barra y preguntó a un camarero por dónde se accedía a las habitaciones, ávido por subir a decansar, imagino; íba cargado con una maleta y llevaba en la mano unas croquetas envueltas en papel albal. Siguiendo las indicaciones que le dieron, pasó a nuestro lado camino de unas escaleras que se encuentran al otro lado del local... Lo curioso, es que tuvo que hacer este recorrido, hasta 3 veces, porque no encontraba el camino correcto, y cada vez que cruzábamos las miradas, se le veía más desorientado y cansado...


Os lo cuento, porque estamos tan acostumbrados a ver a los personajes públicos tan "relucientes" que parece que son distintos a nosotros; diríanse inmortales, etérnamente jóvenes, casi perfectos... No por sabido, commueve menos comprobar que son tan "humanos" como nosotros.



1 comentario:

Talin dijo...

El paso del Tiempo (ese que es de oro) no perdona a nadie.